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sinletras...Peroconpalabras

Qué raros somos...

Qué raros somos... .He de pedir disculpas.... no anoté a tiempo el o la autora del artículo... llevo horas buscándolo y le perdí la pista, de todas formas, proviene de un artículo de El Nacional, de fecha reciente...... !Ups! !Qué verguenza!!

El ser humano de verdad que es algo rarísimo, ¿no cree usted? Yo, al menos, debo confesar que miro a mi alrededor y me quedo absolutamente pasmada. Con esto no pretendo excluirme, obviamente soy un ser humano y, en consecuencia, le debo resultar rarísima a todos los demás, menos a mí, claro está, por aquello de que me tengo cierto aprecio, me conozco de toda la vida, y he desarrollado unos niveles de conchupancia conmigo misma que hacen que me considere una persona normal, incluso sensata y a veces hasta estupenda. Del resto, los demás me parecen rarísimos.

A nivel profesional por supuesto que agradezco el "variopintismo" de rarezas que me rodean, puesto que me facilitan un montón la tarea de creación de personajes llenos de particularidades sabrosas de contar. Ahora, en aquello que llaman la vida real, francamente la cosa se torna color de perro que va corriendo, sobre todo cuando se trata de la relación entre dos o más seres humanos, rarísimos ellos. Ahí sí que la cosa es explosiva y hasta catastrófica. ¿De dónde nos vendrá ese empeño terco a los seres humanos de querer vivir en pareja, en familia, en el calor de un hogar dulce hogar, tratando de que las rarezas de uno compaginen con las rarezas del otro, siempre asumiendo que las rarezas de uno son las normales y las correctas, claro está? ¿De dónde?

Toda esta divagadera sale de que el otro día, huyendo de las demás opciones, fui a parar a Vale TV y estaban dando un documental sobre Einstein, no como genio sino como marido. Cuaima al fin, el tema me pareció asombroso y apasionante. No sé por qué pero no se me había cruzado por la cabeza que existiera una señora de Einstein, y mucho menos que ésta considerara que su marido, sí, okey, inventó un poco de cosas importantes, pero igualito era un cretino, egoísta, tripas azules, idéntico a tanto marido que hay por ahí. Me quedé estupefacta. Más allá de que el documental esté basado en hechos estrictamente ciertos o no, la posibilidad de que la gente que rodeó a Einstein, lo que llaman su entorno afectivo, no sólo no se diera con una piedra en los dientes por tamaño privilegio, sino que no lo consideraran un privilegio en lo absoluto, es alucinante.

Como suele suceder cuando a uno le llama la atención un tema, miles de variantes del mismo comienzan a abordarlo. Así llegó a mi memoria lo mal parado que dejan los chismes de la época al gran Rodin por lo egoísta que supuestamente fue con la pobre Camille; los horrores que se han dicho sobre el Picasso padre o esposo o sobre Chaplin. Incluso recordé una anécdota que hace años llegó a mi familia sobre don Uslar Pietri. No recuerdo quién aseguraba haber estado sentado en una conferencia de don Uslar junto a la que resultó ser su esposa. Juraba esta "mala lengua" que la señora de Uslar se pasó la conferencia magistral diciendo, con cierto tono de fastidio, cosas como: "Esta es la parte en que nombra a los fenicios", umhu, "y ahora va a decir lo de Mesopotamia", umhu. En fin, que la señora estaba hasta el gorrito de los cuentos del marido, igualito que cualquier hermana de uno harta de los chistes de beisbol del cuñado.

Puede que todo esto sean sólo exageraciones y chismes de mala fe, pero, sin duda, puede tener su lado terriblemente cierto. Es muy, pero muy posible, que las parejas, los hijos e incluso los padres de todos los genios y héroes de la humanidad vivieran y vivan en una de: "Sí, hombre, fue a la Luna, pero al automercado no va ni muerto" o "sí, niña, canta como los dioses, pero tiene el cuarto echo un chiquero" o "no, claro, tremenda actriz, pero como ama de casa un asco" o "ay, sí, escribe bellísimo pero tiene un mal tino para enamorarse que yo te digo". Ahora, dígame usted si los seres humanos no somos una vaina rarísima, por no decir loca, enana y miope. Claro que tenemos nuestro lado maravilloso todos, pero cómo nos cuesta darnos cuenta cuando lo tenemos cerca

2 comentarios

palas -

.. con la curiosidad que nos mantiene vivos.... inigualables!!

Anónimo -

asi somos los seres humanos, extraños pero maravillosos