Blogia
sinletras...Peroconpalabras

Escrito por Astart...

Escrito por Astart... Este personaje del Salón "En busca de la felicidad", tuvo el impulso de compartir conmigo ésta, su inspiración, a propósito de que ese día (14-feb-2001), se celebraba el día de San Valentín o día de los enamorados... Le he perdido algo la pista a Astart, y sin embargo, solicité su permiso para publicarlo, sin respuesta hasta ahora... espero no demande sus derechos de autor por este atrevimiento... Un beso para tí, Astart;)

Madrid, domingo, 13 febrero 1997

En la antigua Grecia, en Atenas, se celebraba una “valentinada”; que era la fiesta por antonomasia en honor de La Mujer. Las jóvenes elegían a un hombre de su gusto al que hacían suyo mientras duraba el festejo, (24 horas).

Más tarde, en tiempos romanos, esa misma fiesta heredada de los griegos cambió un poco de sentido, se convirtió en una lotería orgiástica: mozos y mozas sacaban una papeleta de sendas tinajas con los nombre de “ellas” y “ellos” para formar otra yunta. Las parejas salidas de ese albur tenían derecho a pasar juntos (y revueltos), un año completo...

Semejante exceso de fisiología fue terminantemente prohibido por Claudio II. El motivo: de ahí salían algunas parejas serias, o de encoñados, y para nada convenía luego un ejército de soldados enamoradizos y pendientes de no morir para regresar a casa a seguir con el dale que te pego. Pero un obispo simpaticón, un tal Valens, Valente, casaba en secreto a los enamorados para mayor gloria de Dios y no del César... Alto precio pagó por su “valentía” : un catorce de febrero el Jefe ordenó que le separasen la cabeza del cuerpo. Desde entonces se celebra nuestro actual y occidental San Valentín. Me da que muchos han dado el cambiazo y convierten esa fecha en un mero san calentín. ¡Bueno está el tocomocho!

* * *

¡Ay! Mar ;

- “Para mí ya no existes. Estás muerto. Olvídame” - me dices en el seco telegrama que acabo de recibir esta tarde como anticipo para un San Valentín que no deseas celebrar mañana. Leo el mensaje, stop. levanto una ceja, stop. y doy cien duros de propina al cartero que se ha doblado por la cintura con el agradecimiento hasta dejarse la gorra en el piso del recibidor.

Supongo que esta ruptura distante viene del pasado miércoles, cuando tuvimos aquella penúltima plática tan poco “;cool”; destapamos la caja de los truenos y nos homenajeamos con un diccionario de insultos “soto vocce”; en nuestro íntimo bareto de copas con velas y pianista al fondo : -cabrón, “puta, -chulo, - borracha, golfa, - maníaco, pijo, fanfarrón, - parásita, abusona, cortesana, viciosa, vete a tomar por culo, -Dios te oiga. Etc. Menos mal que el camarero se conoce de oficio esa sincera estupidez de los tortolitos

Ya hemos vuelto a darnos caña con precipitación y angustia. ¿Es preciso matar? Mi pájaro detesta el cariño artístico que le tiene tu taxidermista.


Estoy muerto y no existo para ti... hasta que vuelvas conmigo mañana o pasado o la semana que viene; hasta que vuelvas: por teléfono otra vez, con fax, por correo o envuelta en un ramo de flores. O vuelves porque vuelvo yo si me decido a enviarte esto que escribo como a modo de disculpa. Si te llega y lo lees me excusarás con otra misiva paralela e irónica también... lo cual será un canto al “volvemos”, “begin the begin”;.


No sé, no sé. No sé si el sarcasmo es un bicho que ríe porque no sabe llorar.


Bueno, pues mientras tanto te hago caso y me haré el muerto... (que ya empieza a ser una especialidad de la casa.)


Considero.

Vuelve el perro a su vómito y el asesino al lugar del crimen; y así también, lo que hacemos se instala frente a nosotros y nos reclama una y otra vez a volver sobre ello para sostenerlo. Lo que somos y lo que hemos hecho se subleva contra sí mismo y contra nuestros deseos más profundos y ansía desmentir cualquier intento de borradura. Nada; no servirá de nada. A mí no me valdrá de nada; (como cuando quise pagar mis impuestos con una sonrisa y me dijeron que preferían dinero, ¿recuerdas?) Estamos condenados a ser incorregibles y a entendernos; forzados a confundir el amor con las ganas de hacerlo.


Renegamos con horror y error. Otro imposible empeño: si algunos placeres o dolores no se perdonan ni se olvidan es porque nos han invadido exageradamente la
conciencia.

¿Por qué la violencia (verbal)? ¿Por qué el despecho es así? ¿Por qué el rencor apenas falla en lo tocante a odiar o denigrar? ¿Qué chungo absurdo es este de las “relaciones personales”;? (No llamo a lo “nuestro”; relaciones amorosas porque sé que el sarcasmo te alborota bastante, y más cuando tienes el coño para pocos ruidos.)

Aún dentro de lo que tú llamas nuestra atmósfera cero, ambos creemos saber lo que queremos y lo que necesitamos. Los dos somos adultos y experimentados en amoríos... Te lo repito: lo más inequívoco que del amor se puede asegurar es la vastedad de su demanda. En nuestro caso particular también resulta innegable que el pellizcón del deseo ahora se nos sube a la cabeza en un amago de intelectualidad y de inmediato se nos baja a la entrepierna sin pamplinas; apenas se demora en ninguna otra anatomía dispuesta para la convivencia tranquila, para el asunto social ni nada que atisbe un poco de tranquilidad, de normalidad...


De antemano conocíamos cada cual por nuestro lado la pasión, su amargo desengaño y la agridulce recaída. En materia sentimental poco hay que no hallamos probado y menos que no probaríamos... Lo queremos todo sin querer nada, y para eso hay que ser demasiado francés en cuestión sentimental. Lo “nuestro”; es una cosa mediterránea y bestial, una imitación de los tópicos, (me refiero a los de Henry Miller...)

Así pues, expertos ya en ignominias y sin apenas recursos de cinismo, tratamos de bordar una nueva paradoja a base de retales placenteros -en ocasiones felinos- instalándonos de pleno en la hoja afilada de la vida. A veces me canso de tanto equilibrio inestable y prefiero que me pongas los cuernos “a tu aire”; mientras yo me tomo un respiro para coger mi “segundo aire”;.

(Supongo que me entiendes. Lo malo siempre es mucho más fácil de entender y de creer.)

Pleonexíacos en casi todo, queremos estar en misa y repicar; inventarnos una nueva fórmula amorosa. ACDP. El anagrama lo has acuñado tú: Amigos Con Derecho a Polvo. ACDP. Pues, órale!

Por otro lado, aunque coincidamos en egoísmos, en placeres, en preferencias literarias, en humores y humorismos, y en bastantes otros gustos estéticos, nuestros referentes educacionales parten de planos muy diversos y rinden culto a dioses incompatibles. Los míos -¡maldita sea! - suelen volverse sectarios. A mí se me ve el plumero de pijo renegado y a ti te huele a gloria el pelo de la dehesa pasado por la Universidad. Los modales que crees aprender de mí son una miseria comparados con tus enseñanzas de brava mujer del pueblo inteligente.

(Cuando nos presentaron te pregunté si era cierto, como me habían dicho ¡ que tras tu frágil aspecto podías ser muy vulgar, y con un guiño me respondiste

¡! Y una puta mierda!!

Aquél vocabulario de porcelana me hizo pensar que tenías madera y que podríamos llevarnos perfectamente mal. Bueno: el vocabulario y tu cara de angelote rubio, tu cuerpazo proporcionado, tus piernas sinfónicas, las tetas, el culo y lo demás.)


Cada uno (de nosotros) balbucea en una clave que casi a todos los efectos equivale a lo inefable. Como par (o pareja), debemos parecer una bestia mitológica híbrida y desconcertante.

Tu rara inteligencia, superior con mucho a la mía, (ya lo digo), sólo sirve al mayor escarnio. Chica, eres el porvenir de lo terrible hecho mujercita rubia y preciosa. Así se lo comenté también a tu madre hace unos días. La pobre (tu madre) no supo si reír o llorar, si encomendarnos a dios o al diablo. “; Si “ le dije - somos tal que la trilogía hegeliana: tesis, síntesis y antítesis. Finalmente me pidió paciencia y tacto para contigo y maldijo del día en que te recomendó seguir adelante conmigo porque me tuvo por más morigerado a la vista de mi edad.


Mañana seguiré esta epístola desesperada que quizá no te mande como tantas otras. Ahora me voy a la cama.


(No debería escribir nada ni a nadie de noche, pues aunque la noche es mi territorio natural, mi aliada, es también el momento en que más me traiciono. Cuánto spleen, coño.)

* * *

Madrid, 14 febrero de cuatro años después. O sea: HOY. 14 feb 2002.

No encuentro entre mis escritos el resto de esa carta. Mar y yo volvimos a vernos algunas veces más, hurgando en la llaga siempre. Un buen día desapareció de mi mapa. Al parecer se fue a México. Regresó casada. Inesperadamente me telefoneó una primavera para presentarme a su marido y a su hijita, (una ninfa también güera).

Nos reencontramos como si nos hubiéramos estado viendo a menudo; pero con una espontaneidad por fin llena de nueva frescura. Yo fui el tío Paco.

“ Nena, saluda al tito Paco, cu cu... “

Ni una mirada turbia, ni un gesto desmedido, ni el menor comentario o alusión de mal gusto. Su hombre era fuerte, joven, sano y muy sencillo, al borde de la simpleza. Parecían respetarse.

Me tranquiliza contar que no pasó absolutamente nada que no fuera bonito en aquella cita ni volverá a pasar nada nunca jamás entre los dos.


El tiempo había pulido las aristas y ambos sabíamos que “Ni temps passés ni les amours reviennent”; (Apollinaire)

Un tal Astart

4 comentarios

palas -

......

Jaio -

Palas, gracias por lo que dices de mí. Pero tú y solamente tú eres la que tiene esa fuerza que te hace caminar hacia delante siempre. Besosmil.

Palas -

Como que me llamo Palas... no dejaré de intentarlo y caerle por sorpresa a su móvil... cuando responda! Te tendré al tanto ;)

Jaio la espía -

Palas, te dejé un comentario aquí que ya no está. ¡Ups!
¿Sabremos algo de Astart algún día? Echo de menos su ingenio.